Sabia que ese día llegaria,lo habia dicho muchas veces,pero no acababa de creermelo.A nadie,y menos a mi,le gusta perder,ni siquiera a las chapas.Pero no siempre se gana;lo malo es acostumbrarse a ganar,que cuando llega la hora de perder,no hay momento más amargo.Y es que ya me habia acomodado a sentarme tranquilamente en mi trono,aunque sabia que era cuestión de tiempo perderlo.
Me levanté con las piernas doloridas,apenas habia tenido tiempo para descansar del palizón del día anterior(duatlón de Espinosa)pero tenia muchas ganas de correr con mi primo la legua de su pueblo(Ampudia).Apenas eran 5.2 km, pero era distancia más que suficiente para saber quien era el vencedor.
Llegamos a Ampudia con tiempo suficiente,nos acercamos a la plaza a por el dorsal,y para nuestra sorpresa,el pueblo estaba lleno de corredores.Lo que pensabamos que iba a ser una carrera casi familiar,se habia convertido en una POPULAR con mayúsculas.Lo cual me motivó más,apesar del cansancio.
Recogimos el dorsal y nos fuimos para casa a cambiarnos dando un paseo por el precioso pueblo.Solo habia estado allí en dos ocasiones y no lo recordaba tan bonito.Un entorno perfecto de callejuelas sinuosas y estrechas en continuas subidas y bajadas,mezcla de asfalto y adoquines que harian las delicias de los corredores.
Nos cambiamos tranquilamente y nos dirigimos trotando hacia la salida.
Ahí fue donde me di cuenta de que mis piernas no iban,tenia muchas agujetas,y lo peor de todo,las tenia muy cansadas.Nos pusimos a hacer unas progresiones,mi primo estaba pletórico,no podía seguirle.Mientras, yo confiaba en que mis piernas responderian durante la carrera,pero no estaba muy convencido.
Rapidamente dieron la salida,Juanjo sale como una bala,no puedo seguirle,es la primera vez que me quedo detras,pero no puedo hacer otra cosa,los dolores en mis cuadriceps son insoportables.Me siento derrotado,pero no me rindo.Con la mirada consigo seguir a Juanjo que me saca unos 300 metros,pero la distancia cada vez es mayor.No dejo de mirarle,como si esperara que pasara algo que cambiara lo que estaba sucediendo en la carrera,me estaba ganando.Pero ese algo no tardo en llegar.Cuando aun no habiamos completado la primera vuelta(de dos),vi que mi primo ya no llevaba ese correr alegre del principio,sus braceos ya no eran tan vivos como en la salida,y yo empecé a ver la posibilidad de darle alcance.Por mi cabeza pasaba la idea de que habia salido muy fuerte y se habia desfondado.Le vi soltar brazos en una bajada,cualquier gesto me parecian síntomas de debilidad de mi fiel adversario.Y yo cada vez más motivado empecé a resurgir.Ya no pensaba en el dolor de mis piernas,que seguia ahí,solo pensaba en que cada vez estaba más cerca.Empecé a recortarle terreno,coincidiendo con la zona donde había un par de subidas rompepiernas,pero no era suficiente.Llegamos al último km,apenas nos separaban 100 metros,casi podia oir su respiración;último giro y sprint final,veo que acelera el ritmo,era bajada,intento acelerar yo el mio,pero es inutil,habia dado todo lo que me quedaba.A lo lejos veo a Juanjo que cruza en uno de sus mejores sprints el arco de meta,mientras yo,intento llegar como puedo,desfondado,me adelantan tres,pero no me importa,lo único que sentía en esos momentos era que había sido derrotado.Habia cedido mi trono a un gran corredor,que se lo merecía más que yo;pero en el aire olía a revancha.
Enhorabuena Juanjo.
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